Historia de Eldorado

MISIONES:

Antigua Tierras de Guaraníes. En un principio los conquistadores intentaron imponerse por la fuerza, pero la resistencia de los habitantes originales del lugar, los condujo a cambiar de estrategia, dando espacio a la catequización de los nativos por parte de la Compañía de Jesús. Esto ocurría en el Siglo XVII y en el Siglo XVIII los jesuitas fueron expulsados de las tierras misioneras, quizás a causa del éxito de su tarea evangelizadora y la puesta en funcionamiento de una notable Organización Social, que aún en estas épocas, sirven como ejemplo y base ilustrativa para otras comunidades en el contexto territorial global.

ELDORADO:

La fundación de Eldorado llegaría mucho tiempo después, fomentada por la Ley de Inmigración y Colonización que el Presidente Nicolás Avellaneda promulgara en 1876. “Eldorado Colonización y Explotación de Bosques Ltda. S.A.”, propiedad de Adolfo Julio Schwelm, fue una de las tantas compañías colonizadoras creadas en cumplimiento de aquella ley, dando nacimiento en septiembre de 1919 a la localidad de Eldorado, Misiones, con puerto sobre la costa del majestuoso Río Paraná.

La llegada al Puerto sobre el río Paraná, ofrecía un espectáculo sin igual, la exuberante vegetación, el verde intenso y brillante, el canto de los pájaros y el imponente paisaje costero, enriquecía la vista y colmaba de ilusiones a los Inmigrantes que poco a poco y a través del transporte fluvial “El Guairá”, iban arribando al destino elegido. ELDORADO, selva virgen, picada maestra, tierra roja y caminos sinuosos, eran los primeros obstáculos divisados por las miradas asombradas de los que, promovidos por la muy buena publicidad difundida en el viejo continente, soñaban con la tierra prometida, “LA CIUDAD DORADA DE LOS TESOROS PERDIDOS”, muchas adversidades fueron apareciendo con el correr de los días, el marco imponente de la selva, los molestos insectos, alimañas rastreras y hasta Jaguaretés que asechaban por la noches, fueron quedando como parte de las anécdotas y engrosaban los archivos mentales de aquellos recuerdos imborrables. Pero todas estas adversidades, lentamente fueron desvaneciéndose, las bondades de la naturaleza, la fertilidad de la tierra roja, la solidaridad manifiesta del vecindario y los cultivos florecientes, fueron los incentivos suficientes para comenzar a pensar en un mundo mejor, lentamente, todo fue cambiando para bien, sumándose servicios comerciales, administrativos y eventuales festejos comunitarios, que en los inicios, aglutinaba a todo el vecindario y la comunión social, era una constante recarga de energía y esperanzas para la suma de ideas y proyectos, en el diseño progresista de reales visionarios del desarrollo comunitario, social colectivo, cultural y estructural.


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